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Estética y orden

  • ¿Qué es la belleza?
    La belleza vista bajo la mirada de los griegos busca siempre estar ligada a “lo bueno”, dos concepciones que son hegemónicas, con una virtud en sus formas que se relacionan con la verdad universal. Los griegos siempre se encuentran comprometidos con esta necesidad de mantener ese balance natural, el orden del todo que satisface verdaderamente los sentidos para poder encontrar la conformidad. Por eso es tomado de diferentes maneras, pero siempre manteniendo un mismo principio: el equilibrio de las representaciones realistas de la belleza, especialmente de la forma humana; en la arquitectura y las esculturas, es ese orden numérico proporcionado y simétrico el que da esa sensación de armonía con lo que lo rodea. El arte griego lo que hace es poner en primer lugar la visión subjetiva. El concepto de Kalokagathía reflejaba esta idea, el kalos se refiere a la condición de bello al objeto que es bueno a su vez porque cumple su función de forma eficiente, no es el aspecto en lo que se centra, sino que alaba su virtud a través de su apariencia. El agatos por otro lado habla de la naturaleza del ser que debe ser manifestada a través de lo descriptivo, que puede verificarse por las acciones propias de esa persona y en tanto realice con éxito tales acciones. Kalos kagathos nos indica al ideal de ciudadano- caballero griego, el ser valiente, habilidoso e incorruptible por las nociones de poder político y riquezas. Estas virtudes éticas debían ir acompañadas por la belleza física del cuerpo atletico, armónico desde un punto de vista moral y que se acentúa en sus obras esa admiración por el desnudo, la naturalidad en sus rasgos. Esta concepción de virtud debía ser heredada, ser descendiente de un “héroe”, equivalente casi a un noble. No existía la posibilidad de ser educado para alcanzar tal esplendor de una forma artificial, por lo que podemos pensar en cómo solo un grupo selecto y exclusivo llegaba a alcanzar un bien tan codiciado por una cultura que tenía ese ideal reactor de todas sus obras y elementos.
  • ¿Qué es el deseo?
    El deseo se proyecta más como un impulso caótico del alma, donde convergen necesidades menos ideales, puramente terrenales a las que los hombres suelen ser propensos a caer. Tiene que ver con la imperiosa sensación de querer poseer el objeto deseado, porque se lo desvincula de sus propiedades que lo hacen único. Esto quiere decir que deja de ser idolatrado por su condición de belleza para ser apropiado. El deseo algunas veces se convierte en pecado, porque compromete al estado natural de la belleza, le quita sus bondades perfectas, haciéndola banal y superficial. Es una necesidad de satisfacer un impulso que no proviene de lo etéreo del alma, son reflejos del capricho. ¿Pero esa energía desmedida, siempre es utilizada con fines no ligados a la moralidad clásica? Sabemos que es un impulso egoísta, pero que también proporcionan la fuerza para la realización propia de los objetivos y una motivación ambiciosa. Es quizás la fuerza de voluntad para concretar también proyectos, lo que los lleva a la realidad y los diferencia de los simples pensamientos secretos sin acciones consecuentes ni repercusión.
  • ¿La belleza está relacionada con la verdad?
    En el mundo griego se perciben belleza y verdad ligadas entre sí. La profundidad de este concepto se valía de entender que todo lo bello, cumplía con la condición de su “rol” o la finalidad a la que estaba predestinado su ser, el ser eficiente realzaba sus características para hacerlo valioso. Esa es la verdad concebida por los griegos, la de una virtud llevada por un ser en su composición natural, la cualidad oculta del material que es revelada al emplearse. Entonces, nosotros podemos creer que lo que nos rodea es verdadero porque en mayor o menor medida cumple con su cometido, aunque actualmente se haya “despersonificado” de la condición de bello a lo que es percibido como común. Esto se genera al ser empleado en virtud de lo artístico, lo atractivo y llamativo. Ya no cualquier cosa es bella ni tampoco verdadera, porque nuestros parámetros buscan una satisfacción racional para la legitimidad de estos aspectos, y quizás una reacción emocional o de los sentidos intuitivos para lo bello.
  • ¿Lo que para nosotros es bello, lo hubiera sido para ellos? ¿Lo que era bello para ellos, lo es para nosotros?"
    Esta cuestión la discutimos mucho pensando en cómo se regían profundamente por reglas y cánones determinados que hacían muy específico considerar la verdadera belleza, entendiéndola como una particularidad dada por una condición que debía ser universal. Actualmente, es algo que se desliga de ese concepto griego, el paso del tiempo generó diversas formas de entender la belleza como algo difícil de abarcar de una única manera. Creemos que tiene una existencia autónoma, que es distinta de lo que socialmente-comercialmente se busca inculcar. La realidad es que lo bello causa un impacto en las sensaciones, quizás porque nos remite a una parte más humana, y buscar esa explicación a algo que es cambiante por culturas, por sociedades, por religión hace más enriquecedor su significado. Desde el punto de vista griego, estaríamos muy alejados de sus ideales, pero porque encontramos una resolución que no logra ser definida, porque sus características la hacen más expansible de lo que ellos precisan.
  • Los ornamentos en la Arquitectura fueron rechazados por movimientos posteriores. ¿Quién define los parámetros y los estereotipos?
    Los parámetros y estereotipos son establecidos según los criterios de cada época, pero si buscamos indagar sobre estos encontraremos que se vinculan con ideas mayormente religiosas. La religión ha sido una de las fuentes en las que más se basó la humanidad para regir su vida, y por lo que llevamos investigando esta creencia traída de las deidades de que “lo más bello es lo más justo”, hace hincapié en que lo fundamental es el orden en que se disponen los elementos para asemejar esa sensación divina y natural, la idea de una proporción y simetría en cada aspecto de la vida permite consolidarse con sus creencias, y más que nada la importancia que suponía el llevar a cabo con exactitud esa obra que buscaba mimetizarse con el origen del todo.
  • ¿Las proporciones se ven solamente en las construcciones y en los espacios habitables?
    No, aunque esto se vea en la arquitectura tanto antigua como moderna, empezando por los órdenes griegos en las columnas dóricas, jónicas y corintia, donde se generan a partir de una proporción y simetría dando como resultado un equilibrio visual, siguiendo por como se ve también esto en los templos y construcciones griegas donde la proporción áurea toma protagonismo. "La Proporción Áurea (o Número Áureo, o Divina Proporción, entre otras denominaciones), es una curiosa relación matemática presente en la naturaleza: en las nervaduras de las hojas, en el grosor de las ramas, en el caparazón de moluscos, en las semillas de los girasoles, en los cuernos de las cabras, incluso en el cuerpo humano" https://arqa.com/actualidad/colaboraciones/la-proporcion-aurea-en-las-marcas.html ´Según Euclides, uno de los primeros sabios en estudiarlo: “«Se dice que una línea recta está dividida entre el extremo y su proporcional cuando la línea entera es al segmento mayor como el mayor es al menor" https://retokommerling.com/la-proporcion-aurea-en-la-arquitectura/ Esto se ve no solo en edificios, sino que podemos identificarlo en diferentes esculturas, se considera ´la divina proporcion´, ´el numero de oro´ y al estar en equilibrio es considerado como lo mas bello.
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